En el mundo contemporáneo están discurriendo procesos de cambios sociales con una amplitud sin precedentes en las últimas décadas. La sociedad portuguesa no es excepción a ese padrón, marcado por la intensidad, volatilidad y en muchos casos por la dificultad de explicar tales cambios, teniendo en cuenta, por otro lado, las permanencias y inmovilidades.
Lo que en la actualidad se nombra por la crisis financiera, tan fuertemente mediatizada y de largo impacto a la escala mundial, nacional, regional y local, denuncia y ofusca la existencia de movimientos de reconfiguración profunda de las instituciones sociales: educación, trabajo, familia, justicia, economía y ciencia. Sin embargo, la crisis es un fenómeno social total, que importa captar a través de una elaborada reflexión sociológica, buscando indicios de superación en el sentido de su emancipación. Recurriendo a una idea central en el pensamiento de Michael Burawoy, presidente de la International Sociological Association y primer conferencista del próximo VII Congreso Portugués de Sociología, el enfoque primordial de este congreso va de encuentro al reconocimiento de la ciencia sociológica como una interpelación crítica e constructiva de la sociedad.
La comunidad científica está, hoy en día, delante de un reto de elevado riesgo: entre claudicar de su autonomía analítica y suscribir tesis apriorísticas y convencionales del discurso lego sobre la sociedad, o valerse de su designio de comprensión y explicación de la complexa realidad social, no tanto como una narrativa coadyuvante pero ante todo como una narrativa critica y constructiva.
A lo largo de más de 25 años, los sociólogos portugueses han correspondido al llamamiento de la Asociación Portuguesa de Sociología, reuniendo un espolio de irrefutable calidad científica y de gran expresión cuantitativa, asumiendo sus responsabilidades éticas y profesionales delante del colectivo.